La reciente noticia de la acusación de plagio por parte de Damien Hirst (clica AQUÍ si quieres saber más) pone de manifiesto el debate sobre el límite que hay entre la inspiración y el plagio.
Para mí, está claro que la inspiración es lo que hace que un/a artista desarrolla su creatividad a partir de la obra de otro/a artista.
El plagio existe cuando la inspiración de otra obra no es suficiente para que se ponga en marcha un proceso creativo propio.
Pero a veces, el límite es muy confuso y para definir si hay inspiración o plagio, estos debates terminan delante de los tribunales.
Estas reflexiones me conducen directamente a preguntarme cómo los artistas controlan la influencia que tienen otros artistas sobre su obra... ¿Cual es el proceso interno que cada uno pone en marcha para que sea su propia creatividad la que mande cuando una obra o un artista le inspira, influye en él?
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Citando a Picasso: Un artista copia, un gran artista roba.
ResponderEliminarEl artista no es un creador, porque físicamente es imposible la creación (por eso se inventaron las religiones y esas cosas) , es un transformador, cogemos la realidad y la transformamos, la utilizamos, la moldeamos.
Somos curiosos y como tales esponjas nuestro cerebro va asimilando cosas, de diferentes fuentes, cuando estas cosas son las obras de otros artistas el reinterpretar, el utilizar una idea de otro obliga a moldearlo, modificarlo, interiorizarlo y exteriorizarlo para que sea nuestro, si esto se hace mal estaremos copiando/plagiando.
Nadie es propietario de las ideas, el tener una idea primero no te hace propietario de una idea. Si la exhibes otro la utilizará, si no, el tiempo hará que otro tenga esa misma idea.
No entro en detalles de si es justo o no juzgar a Hirst por plagiador, si lo ha hecho mal es lo menos que se merece... lo que es seguro es que esta polémica como toda de este tipo nos hará investigar la obra de Hirst y de los supuestos plagiados... de nuevo la polémica no es más que una manera más de publicidad, pues polémica entonces y que viva el arte.
Pues si, creo que esto no es más que un recurso de marketing artístico.
ResponderEliminarEn cualquiera de los casos yo no maldigo la copia o la inspiración, si la falta de sinceridad por no reconocer la fuente.
Es que de marketing, está claro que Hirst sabe mucho. A mí, particularmente me parece bien.
ResponderEliminar"Nadie es propietario de las ideas, el tener una idea primero no te hace propietario de una idea." Totalmente de acuerdo.
"... maldigo... la falta de sinceridad por no reconocer la fuente." Eso sería lo correcto y evitaría más de un malentendido, además de dejar a todo el mundo contento, pero para eso hace falta tener una personalidad artística bien asentada.
El proceso interno por el que preguntas es la honestidad.
ResponderEliminarLos diseñadores gráficos usamos, por ejemplo, tipografías. Las tipografías son obras de otros artistas gráficos que utilizamos para expresar nuestro mensaje apoyándonos en sus sugerencias.
La camiseta "Lash" es un ejemplo: a mí la tipografía me sugería "flagelación" lo que concordaba con el concepto de "Victima de tu propio sentir y padecer artístico". Usé la tiipografía, pero exageré sus trazos.
Otro ejemplo es la camiseta "Jail". Necesitaba transmitir la sensación de drama, de sentirse prisionero del gusto artístico; y pensando en cárcel, barrotes, luz mortecina... me vino a la mente Saul Bass, quien me inspiró con su estilo gráfico.
Hay quien pensará que usar una fuente no tiene valor artístico, pero también hay quien toma esa obra como un inicio donde proyectarse y deja al margen las influencias. Eso el lo bueno del arte: la subjetividad sin la cual no es nada.
Nunca olvidemos a Carl Jung y su trascendental ensayo EL INCONSCIENTE COLECTIVO. En éste, este genio de la psicología demuestra que toda idea en el universo es común, quiere esto decir, que 2, 5 o 56 personas pueden estar pensando y ejecutando lo mismo, ninguna engaña a nadie, siempre que no exista comunicación entre ellos.
ResponderEliminarA veces es bueno leer.
Saludos,
Jesús María Serrano
Siempre es bueno leer, Jesús. Me apunto leer este libro.
ResponderEliminarUn saludo a ti también.
Yvonne Brochard.