2011-01-19

DESDE EL PODER...


Hoy en mi muro de Facebook (Buscar "Victimof Art" en Facebook) un amigo, gran conocedor y crítico de Arte además de poeta, Jesús María Serrano (enlace a su blog de obra poética)  me ha dejado esta reflexión suya : 

"Desde el poder se piensa que el arte no afecta a la vida diaria, que es un lujo o una extravagancia de un selecto y muy minoritario grupo de personas, pero definitivamente se equivocan".

Claro, esta reflexión suya me ha dejado pensativa de nuevo.

¿El Arte es para un selecto y muy minoritario grupo de personas?
¿Es necesario "saber" de Arte para apreciar las obras?

Sé que Jesús defiende la idea de que el Arte sólo y exclusivamente necesita sensibilidad pero a menudo se debate sobre obras contemporáneas (a menudo conceptuales) que unos defienden con uñas y dientes como Arte y otros defienden con uñas y dientes  lo contrario. 

Mi opinión está a medio camino porque para ver, tocar, sentir una obra es la fibra íntima de cada uno la que entra en juego : la fibra de la sensibilidad. En eso estoy totalmente de acuerdo con Jesús.
Pero a veces, algunas obras se pueden apreciar mucho mejor, cuando se sabe más del artista, cuando se sabe más de lo que ha metido en su obra. Está claro que para lograr tal visión, los conocimientos hacen la diferencia.... y por consecuente se puede considerar que la pertenencia a un grupo minoritario, con más amplios conocimientos, hace que se comprende mejor la obra  y por consecuente... se puede apreciar mejor. Pero de allí a pensar que el Arte es un "lujo o una extravagancia para un selecto y muy minoritario grupo de personas", pienso igual que lo hace Jesús que no es así. 


El Arte es un derecho de todos, una necesidad de muchos, una parte de la vida cotidiana para muchos también. Una cosa es cierta es que el Arte viene siempre bien a la Humanidad entera... tomada en su totalidad y para cada individuo en particular.

¿El poder acerca suficientemente el Arte al denominado gran público?

Hay esfuerzos por parte de los poderes públicos y las entidades culturales públicas
Me comentó el mismo Jesús María Serrano, en otoño del año pasado,  la maravillosa exposición de esculturas de Rodin en las calles de Cádiz (que podéis ver en este enlace). 
Le llenó de ilusión ver estas fantásticas estatuas en las calles de Cádiz... Hay esfuerzos. 
Hay horarios de entrada gratuita para todos los públicos en general en algunos museos, hay descuentos para estudiantes, para jóvenes en general,  gente en el paro, jubilados... ¿Son suficientes esfuerzos? Siempre se puede hacer más... siempre, pero sin duda en estos momentos vamos avanzando y mucho.
Aquí os dejo el enlace para ver,  por ejemplo, las posibilidades de entrada gratuita del Museo Reina Sofía.

Eso en cuánto a los poderes públicos.. pero creo que Jesús no me hablaba de los poderes públicos (o sí... no sé.. no sé...)

¿Entonces de que poder me está hablando Jesús?

¿Del poder del mercado del Arte?

En el mundo del "mercado" del Arte se pueden encontrar ciertos agentes que manejan cifras astronómicas para el "común de los mortales"... creo que Jesús me hablaba de este "poder" que efectivamente se dirigen a un público minoritario y selecto (financieramente hablando) y que se trata en estos casos de "lujo" y a veces de "extravagancia". 

Ésas han sido mis reflexiones al hilo del comentario de Jesús en Facebook. 
Me encantará leer aquí las vuestras si os apetece dejarlas aquí. 
Os recuerdo que no modero (salvo casos de insultos, etc...) los comentarios.

Ahhh... por cierto, me encantará contar con vuestra amistad Facebook si os apetece. Recordaros "Victimof Art" en Facebook.

Un cordial saludo.
Yvonne Brochard.



3 comentarios:

  1. DE LA PULSIÓN DEL ARTE Y LA LIBERTAD

    El arte es una pulsión de los seres humanos y muy posiblemente la única que nos diferencia del resto de los animales. Desde el principio de los tiempos hemos necesitado de tal facultad para expresar nuestros pensamientos más íntimos y, sobre todo, nuestras dudas y miedos.

    Todo es dinámico a imitación del universo y nada es perfecto tampoco.

    Nuestra aproximación a las artes se produce por una hipersensibilidad que estoy seguro todos tenemos, si bien se necesita de la voluntad ya sea consciente o inconsciente, para poder desarrollar esta dimensión. Sin arte la vida carece de sentido estético.

    Son favorecedoras de las libertades y propician las pautas para que podamos expresarnos sin complejos, alabemos aquello que nos agrada y critiquemos lo que les produce reparos o nos disgusta. La libertad está íntimamente unida a las artes, pondré un ejemplo: si un grupo de indígenas, en medio de un gran territorio, sufren el ataque de una estampida de animales salvajes y, como consecuencia de ello, mueren varios de sus componentes, es muy posible que alguno en su desesperación golpee un tronco hueco para contarlo a toda la jungla. Un hecho así, lógicamente no es arte sino comunicación, ahora bien, si ese mismo individuo se siente triste o alegre aunque no le haya pasado nada, ni su vida corra peligro, pero recuerde la cara de su madre o de su hijo de su esposa, si esa persona golpea el tronco al principio para desahogarse y luego, con cierto ritmo, sí está creando arte ya que nos está relatando un proceso íntimo y abstracto desarrollado en la compleja estructura neuronal de su cerebro. El golpeo del tronco deja de hacerse monótono y comienza a crearse combinaciones de ritmos y melodías que la hacen agradables a otras personas y eso hecho es arte en sí mismo.

    El artista cuando crea es un ser absolutamente libre. El poder es plenamente consciente del peligro de libertad y de arte en las sociedades y lucha contra ello. Todo individuo libre es peligroso para el poder y puede hacer tambalear su supremacía.

    La libertad y el arte están reñidos con el poder y, es por eso, que la historia nos enseña que los grandes poderosos se preocuparon de acaparar a sus artistas para que los alabasen y glorificasen para la eternidad. Repletos y amontonados están los vestigios que demuestran esta afirmación mía, las iglesias se han encargado de que se pinten machaconamente miles de imágenes supuestamente santas. Emperadores, reyes y aristócratas, emplearon como siervos a los más grandes artistas, con el único fin de que sus nombres y sus vidas pudiesen ser conocidos a través de los tiempos, independientemente en muchos casos del desprecio de éstos por las artes.

    Cantidades ingentes de recursos se han invertido en erigir los edificios singulares que hoy admiramos, pero en su fuero interno únicamente preocupaba que se supiese quien los había mandado construir.

    Y llegamos al siglo XXI, aunque demos un salto grande y nos encontramos con nuevas herramientas virtuales que favorecen a una gran mayoría –lamentablemente todavía perteneciente únicamente al primer mundo-, que tiene acceso por primera vez, desde sus casas, por muy apartadas que tales estén a la información, economía y también al arte. Al poder eso le aterra y le preocupa, debido a que como esas personas ya pueden establecer juicios críticos sobre el arte, también lo pueden hacer y de hecho lo hacen, de sus gobernantes.

    Ahora entiendo perfectamente las trabas que las grandes compañías y sus títeres -los gobiernos supuestamente democráticos-, están introduciendo en la red.

    Jesús María Serrano

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  2. Gracias por tu explicación y este interesante comentario, Jesús.

    Hablabas del "Poder" (con mayúscula... el "gran Poder") y de la Libertad (eso sí, siempre con mayúscula)... que desgraciadamente debemos defender a diario y en todos los ámbitos, que vivamos en países "democráticos" o no, porque nunca, nunca está ganada para siempre.

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  3. Hola Ivonne. Como se que has leído mi último Post http://laemociondelarte.blogspot.com/2011/03/que-pasa-con-el-arte.html
    ya conocerás mi opinión sobre las dudas que planteas con respecto a si el arte está bien promocionado por el poder.

    En cuanto a si es necesario "saber" de arte para apreciarlo, también he reflexionado un poco sobre esto. Ahí va un extracto:

    "Para gozar de la pintura no es primordial entender de pintura; la pintura y el buen arte se siente, se ama, toca nuestra fibra interior, se escucha como se escucha la buena música y según la sensibilidad de cada persona se aprecia y se disfruta de manera diferente, pero nadie debe hacer “literatura”, hacer que nos guste mediante la palabra aquello que no nos llega a nuestro corazón a través de la vista."

    Un saludo y gracias por leerme.

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